
TEGUCIGALPA / NUEVA JERSEY. — Un revelador estudio sociológico de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) confirmó hoy que el principal motivo de tristeza entre la diáspora catracha no es la lejanía familiar, sino el “Síndrome de Abstinencia al Caos”. Según el informe, el 85% de los hondureños en el extranjero experimenta ansiedad clínica al enfrentarse a sistemas de transporte público que respetan los horarios y a la ausencia total de cables enmarañados que desafíen las leyes de la física.
“Es una tortura psicológica vivir aquí. El otro día fui a una oficina pública, me atendieron en diez minutos y no me pidieron ni una sola fotocopia del revés de la identidad; salí llorando de la impotencia por tanta eficiencia”, confesó Rigoberto Munguía, un capitalino radicado en Nueva Jersey. “Uno extraña la adrenalina de subirse a un rapidito de la ruta Carrizal-La Sosa y no saber si vas a llegar a tu destino o si vas a terminar en la morgue. Aquí la vida es demasiado segura, no hay emoción, no hay reto”.
Para mitigar esta nostalgia, comunidades de hondureños en Miami han comenzado a organizar los domingos el “Club del Trámite Fallido”. En estas reuniones, los participantes hacen fila bajo el sol durante cuatro horas para que, al llegar a la ventanilla, un falso burócrata les cierre la cortina en la cara y les diga que “el sistema se cayó”. La jornada concluye con todos pagando 500 lempiras al cambio para comprar unas baleadas frías que, por autenticidad, vienen sin servilleta.
