TEGUCIGALPA. — Ante la inminente llegada del cambio de gobierno, el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, ha decidido frenar el paso del tiempo mediante un polémico decreto legislativo, argumentando que el calendario gregoriano “nunca fue socializado con las bases” y carece de validez jurídica en la etapa de refundación. Bajo la denominada **”Operación Eterna Legislatura”**, la Junta Directiva busca declarar los próximos meses como “periodos de prueba no vinculantes”, permitiendo a Redondo mantenerse en la silla presidencial indefinidamente hasta que se encuentre una fecha que no atente contra la soberanía del mazo.
“No es que no queramos irnos, es que legalmente no podemos entregarle el poder a un número como el 2026, que no tiene personería jurídica”, explicó Redondo visiblemente alterado, citando un artículo inexistente de la Constitución mientras sostenía el micrófono con una mano y el reglamento interno con la otra. “Según mis ingenieros, el futuro es un concepto neoliberal inventado por los mismos de siempre para interrumpir nuestras sesiones. No voy a ceder ante la presión del tiempo lineal hasta que se publique en La Gaceta que el martes es constitucionalmente válido”.
El estancamiento temporal ya ha causado estragos logísticos en los alrededores del Hemiciclo. Mientras los diputados suplentes debaten si es diciembre o el “Día 1400 del Primer Año”, doña Chinda, la señora que vende tajaditas con carne molida en la entrada del personal, ha comenzado a cobrar los fiados con intereses de pánico, temiendo que la realidad se suspenda definitivamente antes de que un asesor le pague los 45 lempiras que le debe de una baleada mixta fiada desde el 2022.
