
NUEVA YORK. — En un movimiento estratégico denominado internamente “Operación Volveremos (Aunque Sea en Cripto)”, el expresidente Juan Orlando Hernández anunció desde el Centro de Detención Metropolitano que ha logrado integrar a su equipo de trabajo a dos nuevos “líderes de base”: el magnate Sean ‘Diddy’ Combs y el ex rey de las criptomonedas, Sam Bankman-Fried. Según el comunicado escrito en una servilleta de la cafetería penal, Hernández ha designado a Combs como Ministro de Estrategia y Comunicaciones del pabellón, con la misión de organizar “tamaleadas y concentraciones” en el patio durante la hora de recreo.
“Mire, yo aquí no veo criminales, veo talento humano desaprovechado que necesita un empujoncito de Vida Mejor”, declaró el exmandatario mientras intentaba explicarle a Bankman-Fried cómo funcionan los fideicomisos de la Tasa de Seguridad usando paquetes de galletas saladas. “El amigo Diddy tiene un arrastre popular bárbaro, casi como el mío en Gracias, y el muchacho de los bitcoins me ha prometido digitalizar el voto rural para que ganemos las próximas elecciones internas desde aquí, sin necesidad de mover las urnas, todo en la nube, papá, como debe ser la democracia moderna”.
El acto de juramentación, celebrado entre una litera y el inodoro de acero inoxidable, concluyó abruptamente cuando Hernández intentó cobrarles la cuota partidaria a sus nuevos correligionarios. La tensión subió cuando JOH quiso pagarle a Diddy por un favor logístico ofreciéndole una plaza de maestro fantasma en Intibucá, oferta que el rapero rechazó al no entender por qué le querían pagar en lempiras devaluados. Al final, el exgobernante se retiró a su celda lamentando que en Nueva York “no acepten recargas de Tigo” como moneda de cambio legal.
