TEGUCIGALPA. — La Secretaría de Desarrollo Económico presentó hoy su audaz estrategia **“Operación Mente de Tiburón”**, diseñada para erradicar el desempleo en las estadísticas oficiales simplemente cambiándole el nombre a la precariedad. Bajo los nuevos lineamientos burocráticos, cualquier ciudadano que posea una chiclera, venda bolsas de agua helada o preste dinero al 20% diario, será automáticamente inscrito en el registro mercantil como un “inversionista de alto riesgo” y deberá portar un carnet de ejecutivo, aunque ande en chancletas.
“El problema de Honduras no es la falta de trabajo, es la falta de narrativa corporativa”, declaró un subsecretario mientras se abanicaba con un informe del Banco Mundial para combatir el calor de la oficina. **“Ese señor que le limpia el vidrio en el semáforo del Boulevard Juan Pablo no es un desempleado, es un Consultor de Transparencia Vehicular Freelance.** Al reclasificarlos a todos, hemos logrado que el PIB per cápita supere al de Suiza, al menos en este Power Point que le vamos a mandar al FMI para que nos suelten otros cien millones”.
El impacto de la medida fue inmediato en la economía real. En la colonia Kennedy, inspectores del SAR intentaron auditar a una señora que vende baleadas, exigiéndole sus estados financieros consolidados y el plan de expansión trimestral por ser ahora una “magnate de la industria láctea”. La jornada terminó en caos cuando un conductor de rapidito se negó a cobrarle los 13 lempiras a un vendedor de cargadores, exigiendo en su lugar “acciones preferentes” de su conglomerado de tecnología móvil para dejarse rebasar por otro bus.
