
TEGUCIGALPA. — La consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, emitió hoy una alerta internacional denunciando un “clima de terror” dentro de la institución, luego de que varios técnicos le sugirieran revisar las actas electorales antes de dar declaraciones incendiarias en televisión. Bajo el nombre clave “Operación Mártir de Oficina”, López ha decidido atrincherarse en su despacho del CNE, asegurando que no cederá ante las “fuerzas oscuras” que pretenden obligarla a utilizar la lógica matemática durante el escrutinio.
“Seguiremos trabajando y resistiendo, aunque la amenaza sea inminente y venga disfrazada de hojas de cálculo de Excel”, declaró la funcionaria mientras construía una pequeña barricada con cajas de pizza de Little Caesars y expedientes sin firmar. “Me quieren imponer una agenda foránea basada en la eficiencia administrativa, pero sepan que mi dignidad no tiene precio, a menos que hablemos de viáticos retroactivos”, sentenció con voz firme, visiblemente afectada por la presión de tener que estar en la oficina un viernes después de las 2:00 de la tarde.
La tensión en el edificio alcanzó su punto máximo cuando un conserje intentó entregarle un memorándum urgente y fue repelido con gritos de “¡Injerencia!”, pues la consejera confundió el documento con una convocatoria a trabajar el fin de semana. Al cierre de esta nota, López negociaba con los guardias de seguridad el ingreso de tres baleadas con todo de Bigos como condición innegociable para no declarar nulo todo el conteo en el departamento de Olancho.
