HOUSTON. — Para combatir la aguda nostalgia que sufren miles de compatriotas en estas fechas decembrinas, el Consulado de Honduras en Houston inauguró hoy la ambiciosa “Operación Realidad Nacional”, un programa piloto diseñado para replicar fielmente las condiciones de vida de Tegucigalpa y San Pedro Sula en los tranquilos suburbios tejanos. La iniciativa incluye cortes de energía programados de ocho horas diarias —simulando la eficiencia de la ENEE—, la suspensión aleatoria del agua potable y la liberación estratégica de doscientos motoristas sin silenciador en las zonas residenciales para recrear el caos sonoro del Boulevard Fuerzas Armadas.
“Queremos que sientan el calor del hogar, pero el calor real, ese que da rabia cuando se va la luz y se arruina la carne en la refri”, explicó un vicecanciller de Asuntos Migratorios mientras coordinaba por radio a un grupo de actores contratados para cobrar “impuesto de guerra” ficticio en los complejos de apartamentos. Según el funcionario, la nostalgia es peligrosa porque idealiza el pasado, por lo que es vital recordarles que, si estuvieran en Honduras, en este momento estarían haciendo una fila de tres horas en el Banco Atlántida solo para que les digan que no hay sistema.
El éxito del programa fue inmediato y conmovedor. Tras solo dos horas de implementación, una familia originaria de La Lima rompió en llanto al ver que un bache gigante había aparecido misteriosamente en su driveway, logrando esa conexión emocional visceral que ningún tamal o torreja podría igualar. La jornada culminó cuando el servicio de delivery de baleadas llegó tres horas tarde y frías debido a una “toma de carretera” simulada en la Interestatal 10, haciendo que los migrantes dieran gracias al cielo por no haber regresado.
