
TEGUCIGALPA. — Ante la imposibilidad técnica de ejecutar el presupuesto de infraestructura y la necesidad urgente de justificar la inacción, la Alcaldía Municipal aprobó esta mañana el decreto “Hoyo Seguro”, mediante el cual se declaran el 90% de los cráteres de la capital como zonas protegidas. La nueva normativa prohíbe terminantemente cualquier intento de bacheo con cemento o grava, argumentando que rellenar los agujeros constituiría un “atentado irreversible contra la identidad topográfica” del Distrito Central.
“No es dejadez, es curaduría urbana y respeto a la tradición,” explicó Rigoberto ‘El Topogigio’ Martínez, Gerente de Bacheo Contemplativo, mientras se abanicaba con una orden de compra rechazada. “Tapar un bache en la colonia Kennedy sería un crimen de lesa humanidad contra los talleres de mecánica que viven de cambiar amortiguadores y rótulas. Además, estos agujeros son reductores de velocidad naturales; si arreglamos las calles, los rapiditos romperían la barrera del sonido y no tenemos presupuesto para pagar los vidrios rotos de los vecinos.”
La medida ha tenido un impacto inmediato en la economía informal de la ciudad. En el Bulevar del Norte, un grupo de emprendedores ya ha cercado un socavón particularmente profundo y está cobrando 25 lempiras por el “tour de avistamiento de tuberías coloniales”. La jornada cerró con un incidente menor cuando un repartidor de baleadas intentó cruzar el monumento protegido sin pagar el peaje, dejando el sistema de suspensión de su moto como ofrenda permanente al patrimonio municipal.
